El rugido de los motores BMW es más que un sonido; es el llamado a la aventura, la promesa de horizontes lejanos y la banda sonora de la hermandad. Recientemente, este llamado llevó a los audaces pilotos del BMW Motorrad Club – Perú a una travesía inolvidable, una conquista de asfalto y paisajes imponentes con un destino grabado en la mente: el corazón de los Andes, la joya escondida de Cajatambo.

La Ruta: De la Costa a las Nubes

La expedición no comenzó en las montañas, sino en el gris asfalto de Lima, dejando atrás el bullicio de la ciudad para abrazar la libertad de la carretera. La ruta elegida, Lima – Sayán – Churín – Cajatambo, no es para los débiles. Es un ascenso gradual y desafiante que pone a prueba tanto a la máquina como al piloto.

Los primeros tramos a través de los valles de Sayán fueron el calentamiento perfecto, con curvas suaves que permitían a las potentes motos BMW devorar kilómetros. Pero el verdadero desafío y la recompensa visual comenzaron al ascender hacia Churín. El paisaje se transformó dramáticamente: el desierto costero dio paso a un verdor vibrante, y el camino comenzó a serpentear junto a ríos cristalinos y cañones profundos. Cada curva era una nueva postal, una invitación a detenerse y simplemente admirar la majestuosidad de la cordillera.

Llegada a Cajatambo: El Refugio del Viajero

Tras horas de pilotaje magistral y paisajes que cortan la respiración, el letrero de «CAJATAMBO» apareció en el horizonte. No era solo el final del camino, sino la bienvenida a un lugar donde el tiempo parece moverse a otro ritmo. Con la satisfacción del deber cumplido, el equipo se instaló en el Hotel Tambo del Inca, un oasis de confort y hospitalidad que se convirtió en su base de operaciones y merecido descanso.

El primer día fue crucial: aclimatarse a la altitud no es una espera, es una inmersión. Mientras los cuerpos se ajustaban a los más de 3,300 metros sobre el nivel del mar, los espíritus se deleitaban con los tesoros locales. La gastronomía de Cajatambo se presentó como un festín para los sentidos. Platos contundentes y llenos de sabor, como el Pari cajatambino, el rico chicharrón y sus famosos quesos y manjares, sirvieron para reponer energías y conectar con la cultura y la calidez de su gente.

Guñog: Sanación en las Aguas de la Montaña

El segundo día guardaba la recompensa definitiva. La caravana de motos se dirigió hacia los baños termales de Guñog, un santuario natural enclavado en medio de un paisaje sobrecogedor. Llegar allí ya es una aventura, pero sumergirse en sus aguas ricas en minerales, con el cielo andino como techo, es una experiencia transformadora.

Fue el momento perfecto para relajar los músculos, compartir anécdotas del viaje y recargar el alma. El contraste del agua caliente con el aire fresco de la montaña creó una atmósfera de paz y renovación total. Más que un simple baño, fue un ritual de agradecimiento a la naturaleza por su increíble poder.

El viaje del BMW Motorrad Club – Perú a Cajatambo es un testimonio de que la verdadera aventura combina la adrenalina del camino, la calidez de la cultura y la majestuosidad de la naturaleza. ¿Estás listo para escribir tu propia historia?

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