
El viaje comenzó de madrugada en Lima. A las 4:00 am, en cada paradero, se iban sumando viajeros con mochilas al hombro y ganas de descubrir nuevos paisajes. Al amanecer, la primera parada fue Churín, donde un desayuno caliente y un breve paseo dieron la bienvenida al aire puro de la sierra.
La ruta continuó hacia lo alto de los Andes hasta llegar a la imponente Laguna de Tucto, a 4,800 msnm. El azul profundo de sus aguas y el frío cortante del altiplano fueron el primer gran regalo del viaje.

Al mediodía, el grupo llegó a Cajatambo, donde un almuerzo tradicional llenó de energía a todos antes de instalarse en el Hotel Tambo del Inca. Desde ahí, la aventura tomó un giro cultural: un city tour por la iglesia matriz, la plaza de armas, los miradores, los antiguos caminos incas y un paseo a caballo mientras el sol se despedía con un sunset cajatambino inolvidable.
La jornada cerró con una cena de confraternidad en el café bar Antay, acompañada de karaoke y la degustación del famoso calentadito cajatambino. Entre risas, brindis y canciones, los viajeros ya no eran extraños: se habían convertido en una pequeña familia de aventuras.

Día 2: Baños termales de Guñog y Laguna de Viconga
Al amanecer, con el cielo todavía estrellado, partieron rumbo al circuito Guñog – Viconga. El camino revelaba la vida andina en todo su esplendor: rebaños de ovejas, llamas y alpacas pastaban libres, mientras a lo lejos se dibujaban los nevados de la Cordillera Huayhuash.

En los baños termales de Guñog aguardaba un desayuno cálido antes del trekking. El sendero hacia la Laguna de Viconga —de una hora aproximadamente— fue un desfile de cascadas, rutas de senderismo y miradores naturales. En el trayecto, el grupo se cruzó con turistas extranjeros que recorrían la famosa ruta del Huayhuash, algunos en expediciones de cinco días y otros de hasta once, recordando que estaban en un destino de clase mundial.

La llegada a la Laguna de Viconga fue el momento cumbre. El agua azul reposaba al pie del nevado León Dormido, parte de la Cordillera de Raura, y desde ese punto se abría una vista privilegiada tanto hacia la Cordillera de Raura como hacia los majestuosos picos del Huayhuash. El silencio, interrumpido solo por el viento, se volvió parte de la experiencia: cada viajero contemplaba la grandeza de los Andes en su máxima expresión.

De regreso en Guñog, el premio fue sumergirse en las piscinas termales. El contraste era perfecto: el agua caliente relajaba los músculos mientras los nevados se alzaban como telón de fondo. El almuerzo en el mismo lugar cerró la experiencia antes de emprender el retorno a Lima.

Una experiencia que queda en el corazón
El Tour Guñog – Cajatambo no fue solo un itinerario cumplido: fue una travesía donde la cultura local, los paisajes de alta montaña y la energía de las aguas termales se combinaron en una aventura inolvidable. Desde el Hotel Tambo del Inca comenzó y terminó la historia, pero lo vivido en estos dos días quedó grabado en la memoria de cada viajero.
Tambo del Inca Tours te invita a ser parte de esta experiencia única, donde descubrirás que la magia de Cajatambo no se cuenta… se vive.